Españoles que no pudieron serlo.

J, noviembre, 2009

José Antonio Ullate Fabo («El secreto masónico desvelado», «La verdad sobre El Código Da Vinci») ha publicado en «Libros Libres», «Españoles que no pudieron serlo», una reflexión sobre la emancipación americana a dos siglos vista de la separación. Ya el colombiano Pablo Victoria madrugó con esta temática hace un tiempo con «Al oído del rey» (Áltera, 2008) y ahora Ullate disecciona la comunidad política de la Hispanidad en el momento de su implosión.

La emancipación resultó de una situación histórica catastrófica y que supuso un trauma para miles de europeos y americanos. Los nombres de Boves y Bolívar, San Martín y Liniers, O`Higgins y O`Donojú quedaron para siempre como actores de una inmensa confrontación civil no siempre bien estudiada y que supone un inmenso drama americano que cambió el mundo.

Los que tenemos la suerte de conocer al bueno del autor, no podemos por menos de felicitarnos a la par que recomendamos esta obra, hecha por un removedor de conciencias, por un «aguafiestas» del bicentenario, como le ha denominado el periodista Enrique Rodríguez. No se lo pierdan.

Escrito en el viento.

J, septiembre, 2009

Cuando uno quiere desconectar de lo de siempre en Internet, es bueno dar con autores como el periodista y escritor José Ángel Barrueco. Para conocerlo (aparte de en algún rincón bohemio de Madrid o algunas veces en su Zamora natal) siempre es bueno pasarse por su bitácora, «Escrito en el viento«.

En ese espacio de Internet, aparecen las novedades literarias, españolas y extranjeras, a veces con un toque rareza para los no iniciados. Quien quiera conocer a Charles Bukowski y su sucio y brutal realismo, no tiene más que dejarse caer por ahí. También el que pretenda diseccionar el mundo del cine, desde lo últimamente proyectado en las salas comerciales hasta el cortometraje semiprofesional más reciente, pasando por los viejos clásicos. Cómo no, hay que mencionar los artículos periodísticos en los que se mezclan sin apenas transición, la reflexión, la divagación sobre la vida, y breves pinceladas de la realidad hecha efímera literatura.

Si todo eso sabe a poco al navegante de la red, pruebe el insatisfecho lector a dar cuenta de las «Memorias de un cine de barrio», el sorprendente «Monólogo de un canalla» o los múltiles microrrelatos sueltos o incardinados en «El hilo de la ficción».

Adelante, pues.

¿Que inventen otros?

J, May, 2009

Retomo un viejo borrador para un artículo, en este caso, sobre los tópicos españoles. «Que inventen ellos», le atribuyen a Unamuno, y parece que en verdad lo dijo, aunque con una referencia a que el ser nacional hispánico distaba mucho de la concepción decimonónica positivista de otros países europeos.

Sin ánimo de ser exhaustivo, ni mucho menos, podemos ver que España es, desde hace mucho tiempo,  una escondida referencia para los inventos y demás maestrías ingenieriles.

Si el italiano Juanelo Turriano ya creó un artificio para surtir de agua a la ciudad de Toledo, como incluso hizo incidental mención de ello Garcilaso en un verso de su poesía, los españoles autóctonos encontraron un importante campo en los ingenios hidráulicos, como Jerónimo de Ayanz y Beaumont, al hallar la solución a los problemas de inundación y ventilación en las minas del siglo XVI.

También es conocida la afición de San Juan de Ávila a componer sistemas de riego que maximizasen el beneficio, y sin salirnos de los santos, San Antonio María Claret, mucho más tarde, perfeccionó máquinas textiles y disfrutaba haciendo volar pequeños globos dirigibles de su invención.

Lo de volar, a los españoles también atrajo desde antaño. Mucho antes de Ramón Franco, Barberán, CollarDiego Marín y Aguilera, construyó un aparato que le permitió planear desde la torre del castillo roquero de Coruña del Conde hasta unos centenares de metros tras la rotura de uno de los pernos de su prototipo, a fines del siglo XVIII.

La navegación submarina halló a Monturiol y Peral como dos genios incomprendidos de la navegación submarina en la España de la segunda mitad del siglo XIX.

Julio Cervera Baviera, inventó  un telemando de equipos y sistemas mientras colaboraba con el insigne Marconi, y recientes investigaciones le atribuyen la invención de la radio.

Fernández Villaamil promovió la mejora de la marina nacional con la creación del destructor, que fue postergado en España, como valorado en la Gran Bretaña previa al «two standard power«. No fue el único español cuya pericia ayudó a marinas extranjeras, Jorge Ferragut y Mesquida es el artífice y primer almirante de la Armada de los Estados Unidos de América; en España es apenas un desconocido.

Leopoldo Torres Quevedo, es el culmen del genio inventor nacional. Suyos fueron los diseños del telekino, máquina para la navegación mediante radiocontrol por ondas hertzianas, de igual manera que los autómatas que jugaban al ajedrez y se negaban a continuar la partida al tercer error de su oponente humano. Cuando los aficionados a este juego nos hablan de la máquina «Deep blue sea» y de la colaboración del maestro español Alejandro Illescas en su desarrollo, no podemos por menos que unir estos nombres al del insigne ingeniero montañés, que también ideara transbordadores y funiculares en Suiza, España y Estados Unidos (Cataratas del Niágara).

Eugenio Cuadrado perfeccionó la máquina electrostática de Wimshurst, que desde entonces lleva el nombre de los dos sabios al alimón. Su invento maravilló en una exposición universal en París, y  produjo el asombro de dotar de luz eléctrica a las farolas  de una decimonónica Zamora que se iluminaba hasta entonces  con gas.

Juan de la Cierva y Codorniú, a su vez creó el autogiro, maravillando al mundo con este genial antecedente del helicóptero. Si bien sólo Gran Bretaña se interesó por su ingenio, quiso que la sociedad limitada que explotara aquel fuera española.

Son muchos más, como el ingeniero Alejandro Goicoechea,  autor del célebre TALGO (Tren Articulado Goicoechea Oriol), los oftalmólogos Barraquer, pioneros en transplantes de córnea y todo tipo de técnicas para devolver la vista a los ojos enfermos. Un vástago de esta estirpe creó un quirófano de metacrilato para que los alumnos puedan observar las intervenciones. Alberto Vázquez Figueroa, el escritor aventurero, que también ha patentado soluciones a los problemas de potabilización del agua y su distribución a poblaciones.

Y tantos y tantos más, la mayoría desconocidos. Que inventen ellos… ya lo creo que inventaron.

Cine: Héroes sin patria.

J, May, 2009

«Héroes sin patria» ( «One man´s hero» en inglés) resulta una película discreta, pero con la virtud de tratar un tema prácticamente desconocido para el público de América y Europa: la existencia de los «patricios» mejicanos.

En los años que mediaron desde 1840 a 1848, Méjico libró graves luchas internas y externas; las últimas lo condujeron a perder la mitad de su territorio tras el Tratado de Guadalupe-Hidalgo.

En la guerra con los Estados Unidos tuvo y tiene una especial significación la pérdida de Tejas, en la que del lado mejicano, brillaron los soldados del Batallón de San Patricio, compuesto de irlandeses amén de otros europeos y criollos, la mayoría católicos. El hecho de que muchos de estos fueran desertores del ejército norteamericano, los convirtió en héroes para unos y traidores para otros (de ahí el título inglés de la cinta), cuestión central en la narración.

Mezclando historia e intrahistoria (Juan -o John- Riley fue realmente el oficial al mando de los patricios) con la leyenda, se indaga en la vida de estos hombres que estaban condenados al sufrimiento y la ignominia, y ganaron su dignidad (y perdieron la vida) por una patria que no era la suya de origen.

Si bien la peripecia vital de Riley (interpretado por Tom Berenger) se edulcora con una historia de amor (con el personaje que encarna Daniela Romo) y de rivalidad ( el rival es Joaquim de Almeida) que sólo existió en la película, no se acaba de convencer con ello al espectador, no obstante lo cual resulta entretenida y los actores reconstruyen decentemente su papel.

Al tratarse de una coproducción, el reparto es internacional, aunque no muy conocido, fuera de los arriba mencionados. Por nuestra parte destacaremos al simpático y gran secundario cómico español Luis Lorenzo, esta vez en un pequeño papel «serio», lejos de su habitual registro.

En suma, vemos en esta obra audiovisual una curiosidad entretenida. Se busca en ella hacer justicia a un puñado de valientes o de locos que murieron por México invocando en su estandarte ( «Erin go Bragh» , «Irlanda hasta el Día del Juicio») a la vieja y hermosa isla esmeralda.

Cuestiones de bioética.

J, noviembre, 2008

Aparecen en le red de redes una serie constante de iniciativas sobre la Vida y contra las amenazas a esta. Hoy destacaremos, a vista de lechuza dos enlaces que consideramos ilustrativos y de interés.

En primer lugar, la presentación del Manifiesto en defensa de la muerte natural, promovido por profesores universitarios, algunos de gran renombre en el ámbito docente. El valor de la vida y su dignidad son la medida que ha de resaltarse frente a una verdadera cultura de la muerte.

Y aunque sean legión las páginas y vías para informarse en cuestiones de bioética, también podemos destacar alguna web, de contenidos certeros y fácil lectura. «Bioética y libros» es una bitácora para gente de nuestro tiempo, ocupada pero con hambre de respuestas a los desafíos de nuestro tiempo.

La piedra ya está lanzada en el estanque… ahora invitamos a nuestros lectores a que se den una vuelta por nuestro más inmediato presente y nuestro futuro incierto.

Utopía.

J, octubre, 2008
Tomás Moro, por Holbein

Tomás Moro, por Holbein

Tomás Moro, reconocido santo por la palma del martirio, escribió su «Utopía» en los primeros años del siglo XVI. Una utopía es un lugar que no existe, pues el modelo ideal para una república no existe sino en la imaginación de un sabio. Moro usó la ironía para describir una isla única, con un poder democrático, igualitarismo social y ciertas dosis de Platón trasplantadas al Renacimiento.

Rafael Hithloday (otro posible guiño irónico de Tomás Moro, creando un apellido en forma de anagrama greco-inglés y que significaría «experto en absurdos») es el presentador de esta tierra fabulosa, para unos una Inglaterra imposible que se transmutara en modelo para el mundo, para otros una emanación sugestiva de Cabo Verde, Madera, Fernando Noronha u otra isla atlántica, con fines pedagógicos (no olvidemos que Moro presenta a Hithloday como portugués).

La Utopía nos presenta una refutación de la sociedad europea, que creaba condiciones miserables en unos campesinos y menestrales que acababan a menudo en la delincuencia, y, en fin, en la horca. En Utopía, en ese «no lugar» se creaba una sociedad productiva, sin miseria y con justicia, sin lugar para los holgazanes y con una suficiente previsión frente al hambre y la pobreza. El oro reducido a adornos para niños o cadenas para los presos (tratados humanitariamente) y las guerras prácticamente desterradas y hechas generalmente con mercenarios (cosa ésta última que en esos mismos años trató y rechazó Nicolás Maquiavelo en «El Príncipe») son algunas de las cosas que más pueden chocar a la hora de endulzar la imaginación de quien quiera pasar un buen rato con el provecho de la pedagogía filosófico-política.

Para leer en español la «Utopía», pueden consultarse varias ediciones. Destacan las ediciones de Joaquín Mallafrè Gavaldá (Alianza Editorial, Orbis en 1985, o la trilingüe inglés-latín-español de Bosch de 1977). Sin embargo, adjuntamos el enlace para quien prefiera leerla en Internet, merced a la Universidad Complutense de Madrid.

http://www.ucm.es/info/bas/utopia/html/moro.htm

Contreras, una vida de novela.

J, febrero, 2008

Contreras fue de la Orden de MaltaEn el blog «Palabra y Obra» se hace una referencia a una pequeña empresa editorial, que navega por el proceloso mar de multinacionales del libro, prestando un gran favor a las letras.

«Armas Tomar» se inclina a recoger trozos de la Historia. Se dirige bien a la búsqueda de nuevos textos y autores, bien a la repesca de aquello que cayó injustamente en el olvido. Es lo que le pasa al capitán Contreras, cuya vida es tan pasmosamente novelesca que extraña que su «Discurso de mi vida» sea real.

Contreras navegó por varios mares, vivió y exploró cuatro continentes, se codeó con Felipe III y fue amigo de Lope de Vega. Sin embargo y pese a ser un destacadísimo soldado en su tiempo, es casi un desconocido, injustemente olvidado.

Para que tal olvido se remedie no podemos dejar de abrir nuestros ojos ante su literatura, después de haber escudriñado la red como una auténtica lechuza. Empápese pues la vista del lector con las hazañas de Contreras y ya nos contará.

http://www.armastomar.com/

http://palabraobra.blogspot.com/2008/02/armas-tomar.html

La pintura hiperrealista de Estes.

J, diciembre, 2007

Richard Estes es un pintor moderno que retrata paisajes urbanos con una fidelidad pasmosa, creando un juego de simetrías y perspectivas que, de puro real, puede llegar a sorprender y desasosegar.

Estes se ha dedicado a la fotografía, hecho que se acusa al contemplar su obra pictórica. Sin embargo, hay algo más: el gusto de Richard Estes por la lo rectilíneo, el reflejo de acero y asfalto sobre cristal y el paisajismo urbano eclipsan la presencia humana.

La increíble perfección hiperrealista y fotográfica de Estes incide más en esa extraña frialdad de sus cuadros, que parecen capturar fracciones de segundo de vida urbana.

La draconiana y exagerada legislación de propiedad intelectual nos hace ser cautos a la hora de colocar las sugestivas imágenes pictóricas de Richard Estes. Por tanto, nos limitaremos a citar el enlace que lleva a contemplar veinticinco de sus cuadros, con el ánimo de que impacten al lector/espectador, y en la espera de que vuelva a producirse pronto una muestra de su obra en España.

http://pintura.aut.org/BU04?Autnum=11.971&EmpNum=15535

Villa del libro.

J, septiembre, 2007

Se ha inaugurado este año una «ciudad del libro» en España, concretamente en la pequeña villa de Urueña (Valladolid). Fruto de diversas inquietudes culturales, ha surgido un espacio en el que tiene cabida especial el «negro sobre blanco».

No está mal que un pequeño y perdido pueblo tenga una docena de librerías, pero mejor aún lo es el que se cree un centro («E-lea») donde caben las presentaciones literarias en un patio ajardinado o se dé un espacio para la investigación con acceso a las últimas tecnologías de la información y comunicación.

El marco es más interesante si se hace en las desdentadas murallas de un pueblo cuyas viejas almenas del siglo XIV permiten asomarse a una inmensa vega jalonada por el viejo corralón de San Pedro de Latarce o al jesuítico «castillo interior» de Villagarcía de Campos, plagado de Historia con mayúsculas.

También en Urueña se puede gozar de la presencia de la Fundación Joaquín Díaz, con sus diversas colecciones museísticas dedicadas a la cultura tradicional y sus exposiciones, permanentes o temporales.

No estaría mal darse una vuelta por Urueña, usando esa autovía del noroeste que llega cerca de la villa, sin mancillarla con su asfalto, o a lomos de una lechuza… a través de la red.

http://www.uruenainforma.com/

Español en Filipinas.

J, agosto, 2007

Gloria MacapagalEl 8 de agosto, la prensa informó de que Dª Gloria Macapagal, presidenta de Filipinas e hija del presidente en los años sesenta Diosdado Macapagal pretende reimplantar la oficialidad del español en el archipiélago de las tres mil islas.

La lengua de Cervantes no fue nunca mayoritaria allí, mas sí era la «lingua franca»y el vehículo de la administración y la cultura. José Rizal [1] escribió lo más granado de sus obras en español, pese a dominar unas veinte lenguas, y en español se redactó la Constitución de Malolos, una buena porción de leyes que los norteamericanos pisotearon y el himno nacional, «Tierra adorada», hoy traducido al tagalo [2].

Esta lechuza se ha puesto en contacto con la presidenta Macapagal, a la sazón miembro de la Academia Filipina de la Lengua para felicitarla. Pero hay más; hemos hablado con políticos, escritores, periodistas e intelectuales de tres continentes, en el ánimo de devolver un patrimonio cultural y moral a las Filipinas, y pensamos que de aquí a la visita a España de la presidenta, en Diciembre, habrá sorpresas positivas al respecto.

Mientras, podemos aportar algunos enlaces sobre la cuestión[3].

[1] También escribieron en español en la época el poeta Claro Mayo Recto o Pacífico Victoriano. Actualmente escribe narrativa en nuestra lengua Elizabeth Medina y en cuanto a la poesía en español, tenemos a Edwin Agustín Lozada. Sobre Claro Mayo Recto http://es.geocities.com/iberofilipino/Articles/Recto01.html Acerca de Lozada http://www.carayanpress.com/sketches.html

[2] Nadie dude de la influencia del español en el tagalo, una de las razones que hacen que el español sea mucho más fácil de aprender y usar que el inglés para el filipino medio. Todavía es más fácil para un hablante del cebuano. 

[3] http://es.geocities.com/iberofilipino/

http://revista.carayanpress.com/

http://www.tulane.edu/~spanling/Filipinas/Espanol_en_Filipinas.html 

http://www.patriotas.es/LTDE/modules.php?name=News&file=article&sid=1024&mode=&order=0&thold=0

http://occidente-liberal.lastinfoo.es/20070821-la-presidenta-filipina-pedira-ayuda-a-espana-para-oficializar-el-espanol.html